Un grave problema. Al equipo se le abre un vacío en el eje del equipo para el que no tiene recambio. El Barça no ha sabido cultivar en el jardín de Sant Joan Despí una figura sustitutiva, ni siquiera para parar el golpe de la marcha del timonel, y en el mercado no se adivina nadie capaz de leer los códigos del fútbol azulgrana.